La primera beta de iOS 26 muestra la ambición de Apple con su nuevo diseño “Liquid Glass” y Apple Intelligence, pero también expone los riesgos de avanzar tan deprisa.
Apple ha decidido romper moldes con la Beta 1 de iOS 26, presentada en la WWDC25, y el resultado es tan fascinante como imperfecto. Un rediseño radical, un nuevo lenguaje visual inspirado en la Apple Vision Pro y la promesa de una inteligencia artificial más presente marcan esta versión… pero también lo hacen los bugs, el sobrecalentamiento y una batería que se derrite como mantequilla al sol.

El nuevo estilo “Liquid Glass” es sin duda el protagonista: capas translúcidas, profundidad visual y transparencias que recuerdan a un iOS 7 en esteroides. Es hermoso, sí, pero todavía no está bien ajustado. Las notificaciones se pierden sobre fondos claros, los widgets fallan como si aún no supieran en qué sistema están y algunas partes del sistema parecen sacadas de un prototipo sin terminar. Literalmente: algunas referencias internas aún hablan de “iOS 19”, como si alguien en Cupertino se hubiera olvidado de actualizar el título del proyecto.

En paralelo, Apple Intelligence —la respuesta de la marca a la fiebre por la IA— todavía no convence. Algunas funciones prometidas ni siquiera están activas en esta primera beta. La traducción en vivo es útil, pero limitada. Y las esperanzas de ver algo revolucionario se diluyen entre mensajes de error y límites diarios que se alcanzan sin haber empezado.

La comunidad de testers lo sabe: esto es terreno beta, con todo lo que implica. Sobrecalentamiento sin motivo, apps bancarias que no abren, interfaces que parpadean en rosa y puntuaciones de rendimiento más bajas que en versiones anteriores. Pero también es el laboratorio donde se fragua el futuro de los iPhone, iPads y demás familia Apple. Un futuro que aún necesita mucha lija.



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