Desde el corazón del Philippe-Chatrier, el veterano fotógrafo de Belga News Agency muestra cómo se trabaja en el otro lado del foco.
Hay un lugar en Roland Garros donde el silencio manda, aunque todo tiemble afuera. No es la pista central ni la sala de prensa. Es la llamada “cámara oscura”, una pequeña trinchera visual encajada bajo las gradas del Philippe-Chatrier. Desde allí, los fotógrafos hacen magia con luz y reflejos. Y entre ellos, estos días, trabaja Benoît Doppagne.
Este veterano reportero gráfico de la agencia Belga lleva más de dos décadas retratando la actualidad desde primera línea. Su presencia en París no sorprende: con más de 15.000 imágenes publicadas en Getty y una acreditación olímpica ya colgada al cuello para los Juegos de 2024, Doppagne es uno de esos profesionales que lo ha visto (y fotografiado) casi todo.
El vídeo compartido por RTBF Sport lo muestra en acción: cables, ordenadores, objetivos intercambiables, y esa tensión de segundos que separa una foto irrepetible de un disparo perdido. Allí no hay glamour ni focos, pero sí una entrega meticulosa, casi ritual. Como si cada encuadre fuese también una forma de respeto al juego, al momento, al oficio.
Porque más allá de los aplausos y los titulares, hay quienes construyen la memoria visual de lo que ocurre. Benoît no se sube al podio, pero sin él, la historia no tendría rostro.
Benoit Doppagne
https://www.instagram.com/benydop
Publicado en rauldiaz.es · Estrategia, mirada y emoción para comunicar mejor.
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