New York está lleno de gente, de mucha gente, pero sin duda cuando observas el detalle, cuando te fijas en sus caras, sus expresiones y gestos, es cuando verdaderamente descubres el ritmo de la ciudad que nunca duerme.
New York está lleno de gente, de mucha gente, pero sin duda cuando observas el detalle, cuando te fijas en sus caras, sus expresiones y gestos, es cuando verdaderamente descubres el ritmo de la ciudad que nunca duerme.