A pesar de llevar años paseando por las calles de Dos Hermanas, siempre queda algo, siempre sorprende algo y siempre se divierte uno con instantes que no había vivido o no recordaba.
En esta ocasión me he paseado por y con una hermandad que habitualmente no lo hacía, La Amargura, he hecho infinitas veces, su salida y calles principales, pero este año he disfrutado infinitamente más en las calles de su barrio.