«The International» es de esas películas que dejan una marca, sobre todo por ciertas escenas que se te quedan grabadas en la memoria. Hay una en particular que recuerdo perfectamente y que he mencionado mil veces. Es una donde los dos protagonistas se reúnen con un candidato a político influyente. Cuando están hablando en privado, el político revela una perspectiva que me dejó pasmado: no le importa en lo más mínimo las armas o la guerra; lo único que le interesa es el control de la deuda, porque quien controla la deuda, controla a quien está en el poder. Ese momento te abre los ojos sobre cómo funciona el mundo en las sombras, y te hace pensar en cómo el dinero y las finanzas tienen un peso enorme en las decisiones globales.
Aparte de esa escena impactante, lo que me ha encantado de la película es el ritmo y la tensión constante que te mantiene al borde del sofá (la butaca en su día). Los giros de la trama te tienen siempre expectante, y los mensajes implícitos sobre la corrupción y la manipulación del poder son fuertes y claros. Definitivamente, es una cinta que recomendaría a quienes disfrutan de thrillers inteligentes y bien construidos.
La película está dirigida por Tom Tykwer y protagonizada por Clive Owen en el papel de Louis Salinger y Naomi Watts como Eleanor Whitman. La dirección de Tykwer y las actuaciones de Owen y Watts son clave para transmitir la intensidad y la complejidad de esta historia de conspiración global.
Sinopsis:
En «The International», Louis Salinger,, un agente de la Interpol, y Eleanor Whitman, una abogada de Nueva York, en su lucha contra un banco internacional corrupto. La pareja se ve envuelta en una peligrosa investigación para exponer las actividades ilícitas del banco, que incluyen el tráfico de armas y la manipulación de conflictos globales. A medida que siguen el rastro del dinero, Salinger y Whitman descubren hasta qué punto el banco está dispuesto a llegar para proteger sus oscuros secretos, poniendo en riesgo sus vidas mientras intentan revelar la verdad y llevar a los responsables ante la justicia.
