Hace poco, por pura casualidad, volví a toparme con el icónico anuncio de Pepsi de 2001, «Vending Machine». En aquel entonces, Coca-Cola presumía de vender el doble que Pepsi, pero esta respuesta fue brillante: un niño utiliza dos latas de Coca-Cola como escalones para alcanzar el botón de Pepsi, dejando claro de manera ingeniosa cuál era su preferencia. Sin una sola palabra, el anuncio transformó esa declaración en un golpe maestro de creatividad y humor. Redescubrirlo me recordó lo impactante y eficaz que puede ser una idea sencilla cuando está bien ejecutada.
