La Coronación de Rafael «Falito» Acosta: La Mirada del Rey

Hay miradas que cuentan historias. Relatan noches de sacrificio, el peso de la gloria y el hambre insaciable de un futuro que aún está por escribir. Esa es la mirada que me encontré al otro lado de mi objetivo al retratar a Rafael «Falito» Acosta, el ídolo de Dos Hermanas que ya ha conquistado el respeto de toda Sevilla y apunta, sin complejos, al resto del mundo.

Más allá de los guantes, los focos del ring y los cinturones que con tanto orgullo luce, en esta sesión quise capturar al hombre detrás del campeón. Y lo encontré. He tenido el placer de fotografiar a un Falito que ha madurado. Su mirada es más profunda, más serena, la de alguien que conoce el sabor del triunfo y la soledad del entrenamiento. Es la mirada de un rey que empieza a ser consciente de su propio legado.

Pero que nadie se equivoque. Esa madurez no le ha robado ni un ápice de su identidad, de esa chispa y esa fotogenia innata que lo convierten en un imán para la cámara. Durante toda la sesión, su talante fue extraordinario. Detrás del «Rey Gitano», del púgil implacable, hay un joven con un respeto y una humildad que engrandecen aún más su figura.

Estas fotografías son el testimonio de un momento clave: el de un campeón que asume su corona, pero que mantiene los pies en el suelo y la vista en el horizonte. Ha sido un auténtico placer y un honor poner mi cámara al servicio de su historia.

El viaje de Falito no ha hecho más que empezar, y esta es la mirada con la que se prepara para conquistar el mundo.


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